El programa estrella de La 2 y de la televisión española cumplió este lunes 3000 emisiones. Saber y ganar continuará siendo un clásico de nuestra tele y hay que ver lo bien que se conserva.
Jordi Hurtado salió pletórico a un plató renovado y se cascó un programa homenaje con preguntas relacionadas con la historia del concurso. Nuevos pupitres, otra ambientación y los mismas caras de siempre, pero con el ánimo del primer día.
Pilar, esa azafata de la tele española entradita en años y en carnes, pero que se toma sus secciones mudas ("La parte por el todo") como si fuera uno de esos pivones del Precio Justo, anunció que ha creado un blog del programa en la página de TVE. Ideal para mantener cercanos a los millones de espectadores que ganan sabiendo también desde sudamérica.
Aunque forme parte de la historia de la tele española, cuando aún las cosas se hacían pensando en el "espectador" y no sólo en la "audiencia", podemos reconocerle a Saber y ganar sus contínuos ánimos por hacer algo fresco y novedoso cada día. Y no sólo por la fuerza arrolladora de su presentador a la hora de amenizar las pruebas. Hace poco inventaron un rap, ¡bombazo en youtube!, para ambientar una de sus secciones:
Cuando lo vi por primera vez no me lo podía creer y sólo me venía a la cabeza una exclamación: "¡¿Pero, por qué?!", aunque enseguida comprendí que "lo friki" para el equipo de Jordi Hurtado no tiene el mismo sentido que para Karmele cantar el 'Gibraltar', por ejemplo.
Pueden hacer el payaso, pueden convertirse en raperos, en colonos o en Juana la Loca, pero lo hacen sin pretensiones ajenas al saber. Un espectáculo de la cultura, sin paneles tontos, sin roscos a contrareloj y sin famoseo mofándose de sus peyas en el colegio.
Lo siguen más de medio millón de espectadores cada día: Han sabido ganar su cuota (más de 10% diario) y lo han hecho bien, sin recurrir a guerras, exclusivas, ni frivolidades hueras. "Cada sabio con su tema", "La pregunta caliente", "La calculadora humana", "El reto", secciones que pasarán a la historia de la televisión por haberles arañado minutos de siesta a los que siempre han intentado cazar al leopardo de la selva africana en medio de su sobremesa.
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