lunes, 8 de julio de 2013

Matriculo de honor



Tenemos un nuevo profe en la Universidad. Su nombre es Jorge Javier y desde hace años se ha proclamado como el rey de la telebasura. Sí, Telebasura. Porque la telebasura sí existe y, aunque se emita “técnicamente perfecta”, huele mal y hace daño, mucho daño. Y él es un especialista en hacer daño. Lo hizo con Aquí hay tomate y ahora lo repite con Sálvame. 

Pero la Universidad parece que se ha olvidado del contenido, de lo que viene a representar un programa desagradable, indigno, pueril. Esta Uni ha preferido invitar al artista del excremento a dar una conferencia. Y para hablarnos de qué, ¿del todo vale por audiencia?

No es la primera vez que ocurre un escándalo en esta Uni. Hace pocas temporadas se intentó colar a Julián Muñoz, Cachuli, para que diera un curso sobre corrupción. Así, como lo leen. Ahora que lo pienso… también podría haber acudido a esa charla J.J, experto en fraude fiscal.

Pero hagámonos las preguntas serias: ¿Tan bajo hemos caído educativamente?, ¿puede Jorge Javier dar lecciones de cómo hacer bien las cosas?, ¿podemos permitirnos no mirar la televisión que hace y guiarnos solo por las audiencias que consigue? Es indecente que el Rey de la teleporquería llegue a las aulas a dar lecciones. 

Recibió un premio Ondas y fue criticado por distintos profesionales que se negaron a recoger el mismo premio que él. Y ahora los alumnos, no profesionales, han de soportar su clase magistral: “Insultos, gritos y groserías para conseguir audiencia”. Cum laude en chabacanería.

2 comentarios:

Villa dijo...

Cuando leí hace un par de años lo de Cachuli, pensé lo mismo: "no me jodas...". Si a ti te duele, imagínate a mí, que en mi curriculum pone "Ingeniero Químico por la URJC". Lo peor es que mientras los ladrillos de los aularios se caían, las paredes se agrietaban y se revendían terrenos al ayuntamiento (el nuevo hospital de Móstoles era terreno de la URJC) por falta de fondos, parte de estos se gastaban en personajes como estos

peckinpah dijo...

La URJC es un desastre absoluto: no hay que olvidar que, en estos tiempos en que han despedido a todo el personal docente con contrato temporal posible, se han sacado por la patilla, una plaza de profesor titular INTERINO para el inefable Marhuenda.