Cumplió 100 programas y no por todo lo alto, pero sí por todo lo digno. Despacito y buena letra.
Zapeando ha sabido reinventarse y convertirse en un programa que destila ingenio propio. No llega a alcanzar lo logrado por Sé lo que hicisteis pero el programa ha pasado del 3,9% de share en noviembre de 2013 a casi el 6% en abril de 2014. ¿Cuáles han sido sus logros, su paso a paso?
Empezó con unos castings a críticos de tele, pero la decisión final se torno hacia caras más conocidas para la audiencia. Así se estrenó con rostros jóvenes pero con cierta experiencia en el medio, como el hermano de Thais Villas, quien abandonó el espacio junto a otros compañeros a las pocas emisiones.
Y es que en seguida se dieron cuenta de que hacer crítica de tele en televisión sin guión era tan aburrido que no le interesaba ni a los propios profesionales. Así, tras llevarse cada día a un famoso invitado de la casa, descubrieron que no solo de Globomedia vive el telespectador y el programa dio un voltio interesante reflejado en la incorporación estética de mesa a los sillones.
Eso significó guionizar las frases, caras más cómicas que críticas y, sobre todo, estopa hacia todos los de la tele, ya sin marca exclusiva de la productora, ni concesiones promocionales a sus programas. Así, con generosidad, Zapeando ha logrado asentarse como un espacio divertido, ameno y light aunque con mala uva también para los que lo hacen mal a diario. Una adolescente joya de la corona en unas tardes que destilan cotilleo y caridad. Un buen programa conseguido a través de la paciencia.
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