miércoles, 13 de agosto de 2014

Share o Ser (¿Cuantificas o valoras?)

La televisión ha cambiado muchísimo durante estos últimos años, pero también cómo se habla de ella. Sorprende que, mientras que antes en las críticas se hacía un desgrane brutal hacia los contenidos de los programas ofertados, ahora la base de la mayoría de análisis se centran en descubrir y desgranar las claves que hacen a un programa ganador o perdedor en audiencias. La cuantía prima sobre el valor.

Entiendo que en los periódicos convencionales, cuyos directores participan con sobresueldo en espacios políticos de casi todas las cadenas, se tapen o ninguneen los análisis críticos a los programas más sucios, bobalicones o indecentes.

De hecho, la mayoría de las columnas sobre televisión en prensa escrita han desaparecido o se han superdesnatado por este motivo (No muerdas la mano de quien te da de comer).

Pero ¿por qué cuesta tanto ver críticas al contenido de los programas también al margen de los grandes medios de la prensa escrita?, ¿nos hemos vuelto tontos o algo peor?

En Internet (blogs, redes sociales...) profesionales y usuarios han decidido analizar y comentar la tele desde el prisma de la audiencia. Desde el dato del share. Apuestas de funcionará, no funcionará, qué dato obtendrá, cuál podría haber sido el minuto de oro...

Jugamos a ser programadores de televisión con el fin de desbancar a la competencia, pero olvidamos que, sobre todo, somos espectadores víctimas, dispuestos a tragarnos lo que la tele nos ofrece, casi siempre, sin preguntarnos.

Aunque ojo, porque a veces ocurre el milagro y la televisión respira críticándose espontáneamente así misma también desde los valores. Sucedió esta misma semana en la sección mujeril del programa de La 1:

Las analistas de la mesa, de un programa nada crítico con la realidad social del momento, se atrevieron a hablar de valores criticando el programa de Telecinco Hombres, Mujeres y Viceversa. ¿Lo habrían hecho también de no haber sido competencia directa?

Sea como fuere, desde la crítica y también desde la tele, no podemos olvidar que querámoslo o no, existe lo malo y lo bueno, el bien y el mal. Y por eso no podemos perder de vista que hay líneas rojas éticas que la televisión continuamente franquea.

Empecemos por denunciar los contenidos de los programas que ya las han franqueado todas y sigamos con el resto, con los que provocan o directamente están diseñados de arriba a abajo para provocar atontamiento, vulgaridad y sumisión.

Un poquito de "Más ser" y un poquito de menos share, por favor.

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