El peso de las hormigas

El peso de las hormigas recae ahora sobre Pablo Iglesias. Pero no de esas hormigas que se levantan cada mañana a trabajar para poder llegar a duras penas a fin de mes, sino de las del show business.  

Pablo Motos, el de la megacasa en la Milla de Oro, pretende que el personaje político del momento acuda a su programa a hacer el paria.

La pasada temporada ya fueron Cañete y Rosa Díez, entre otros políticos, para reír, cantar y hacer el payaso frente a una audiencia que en teoría los conoce más bien poco.

Motos se equivoca a la hora de juntar churras con merinas. Por su programa han pasado los actores del momento, los personajes de moda y también los frikies a los que se les ha hecho grandes jugando con Trancas y Barrancas en plató.

Así, Tamara Falcó y Ana Obregón fueron aplaudidas y vitoreadas en este espacio, mientras que de haber aparecido en otro habrían sido pitadas o convertidas en el hazmereír del día. Me temo que todos no quieren entrar en el mismo saco.

Afortunadamente queda gente con dos dedos de frente. Quizá Motos crea que todo vale en televisión, pero el otro Pablo sabe que no todos valen para hacerla. Ni quieren.

Ir a este espacio a hacer el mongol sí que es populismo y Podemos no lo necesita, porque por mucho que se empeñen personajes como Eduardo Inda: Una cosa es no saber reír y otra es pecar de no ser serios.

La extrema realidad requiere un punto de sentido común que dificilmente se puede conseguir haciendo el paria para una audiencia cuya edad mental no supera los siete años. Estamos en otra cosa. Electrocoherente.