Este año GH ha conseguido destrozar su ley máxima que impedía exponer a
los delicados y frágiles habitantes de la casa a la dura realidad del exterior.
Casualmente, parece que este año son un grupo de súper habitantes que soportan todo lo que para los anteriores hubiera sido una crueldad inhumana: Información de fuera de la casa.
Mercedes nos ha hecho interiorizar durante más diez años que toda
información de fuera podría suponer a cualquier participante del concurso una
serie de desafortunadas consecuencias; psicológicas e irreversibles, daños
irreparables, efectos secundarios… Pero de la noche a la mañana, justo en
esta edición, a los concursantes no los quieren cuidar tanto.
Hace unas semanas las nominaciones se cocinaron con los puntos emitidos
en directo por los familiares de cada uno de los concursantes. Hasta ahí,
unas nominaciones “especiales” como otras tantas que se están sacando de
la manga este año. Lo chirriante, con lo que Milá hubiera tenido pesadillas
en las otras ediciones, con lo que se cae el mito de “para GH lo primero son
sus concursantes”, es que parte de ellos escucharon estas nominaciones al
completo: Supieron qué familiar en nombre de qué concursante nominaba, a
quien nominó con dos y un punto, y los motivos. ¿Mucha información, verdad?
Este cartucho había que quemarlo. Por lo menos se ha quemado tarde, y
espero que con él no se quemen las manos: entrecruzar la realidad de fuera
con la de dentro de la casa de Guadalix. Porque tras varias semanas de
esta chapuza, los concursantes están “intoxicados”, cosa que no pasaría si
no supieran cuál puede ser la opinión sobre ellos en la calle. Se pierde esa
magia. Pero la magia es truco, y el truco lo han mantenido durante muchos
años haciéndonos creer que era para preservar la inocencia y el bienestar de
los “niños” de la presentadora. “Niños” en una incubadora vigilada, pero no
manipulada.
No sé si es el último “capítulo” de GH o todavía le queda una larga vida al rey
de los realities. Pero si en algún momento muere, que sea como lo que fue, no
me lo conviertan un enfermo crónico por favor. Que ni siquiera él se reconozca
cuando le enseñes fotos de cuando era joven.
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